lunes, 8 de junio de 2015

Una historia que jamás será contada




Su cabello negro relucía con la luz de la mañana. Sus ojos oscuros centelleaban al son de la marea marina. El sonido de su voz acrecentaba a las más temerosas fieras. Era como un cálido día de invierno, donde notas que el verano está cerca y que pronto dejarás de taparte con esas mantas llenas de polvo que volverás a colocar en tu armario. 

¿Quién puede no enamorarse de ella? ¿Quién puede evitar sentir el corazón descongelarse con sólo una de sus sonrisas? ¿Quién mi amor? Dime quién puede, porque  necesito tener su secreto para lograr olvidarte.

Necesito dejar de pensar, secar esta gota de lluvia que resbala lentamente por mi mejilla al pensar que no te podré volver a mirar. No podré volver a ver tus ojos humeantes de pasión, no podré volver a escuchar tu dulce voz acrecentar cada momento de vida a mi lado.

¿Por qué es tan injusta la vida? ¿Por qué te vas en el peor de los momentos?... Bueno, recalco y miento, ¿acaso hay un buen momento para alejarte de mi lado? Sé que no puedo echártelo en cara. “Haces lo correcto”, “Déjala ir”, me digo a mí mismo. Aquí ya no pueden vivir.
Creo que la brisa marina nos está  indicando que ha llegado el momento. Te diviso montar en esa barca, desde el fondo de mi corazón, sé que es lo mejor que puede pasarte.

Egoístamente me pregunto ¿por qué no pude ir contigo? En el fondo lo entiendo. Allí no podría permanecer, y es más duro arriesgar mi vida por intentar salvar algo que quedaría muerto en un plazo escrito en un papel.

Vete a cumplir ese sueño Español, deja África aquí con sus recuerdos inauditos. Sé que nadie te preguntará por mí, sé que allí tu hija podrá crecer medianamente feliz, me conformo con recibir alguna noticia tuya de vez en cuando.

Corre y huye en esa patera, corre hacia un mundo donde te pondrán barreras, yo desde aquí rezaré para que des con alguien que te entienda, alguien que te cuide, y que te trate como algo más que una negra. 

Nadie comprenderá tu historia, nadie sabrá porque has huido, y yo… yo viviré en tu olvido.

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